viernes, 16 de marzo de 2012

Otra de visado.


Al inicio del blog escribí una entrada contando los interminables trámites que tuve que hacer con el visado, no sabía lo acertada que estaba al llamarlo “Visado de nunca acabar”
Pues bien, hace 1 semana mi compañero estaba de viaje por el sur de Uganda con unos amigos. Como la carretera por la que iban es la que lleva al Congo, les pararon para revisar sus pasaportes. ¡Que sorpresa se llevó José cuándo le dijeron que su visado estaba caducado! José llegó aquí en octubre, con un visado de un año de múltiple entrada expedido por la embajada de Uganda en París, eso significa que puedes estar un año entrando y saliendo del país sin pagar de nuevo visado, no que puede estar un año en Uganda. Cuando llegas, en el aeropuerto, te ponen un sello con la fecha en la que has llegado y luego te ponen la validez del visado: VP / 90days / H (es lo que tenía yo) Es algo escrito sólo en bolígrafo, pero indica el tiempo de validez de tu visado, en este caso, para mí, 3 meses. Para mi compañero sólo de un mes, o sea que si vino en octubre y se ha dado cuenta en Marzo de que lleva 4 meses irregular en Uganda. A mí se me caducó la semana pasada. 
Al llegar aquí le preguntamos a nuestro jefe que si teníamos que ir a Inmigración porque en el aeropuerto nos dijeron que si nos quedábamos más de 3 meses, había que renovar visado, a lo que él responde:” No, nos os preocupéis, eso lo dicen para sacaros el dinero. Tenéis el visado por un año, así que podéis estar un año en Uganda, aquí nadie os va a pedir la documentación. Cuándo estás en Uganda simplemente estás en Uganda, y cuándo te vayas, nadie te va a mirar el visado!” Él, tan tranquilo, tan desinformado y despreocupado. Pues nada, no nos preocupamos por eso, y tres meses después de mi llegada paran a mi amigo, con la consiguiente burla de los agente de inmigración: “Ahora os vamos a hacer lo que nos hacéis a nosotros en Europa” “¿Estás nervioso eh? Jajajaj” Por citar dos de las cosas que le dijeron a mi amigo cuando le pararon y le dijeron que le quitaban el pasaporte allí mismo. Al final no se lo quitaron porque dijo que en cuanto llegara a Kampala lo arreglaba. Llega a Kampala y nuestro jefe le dice que no pasa nada (todavía después de esto), que en el aeropuerto no te van a mirar el visado, sólo les importa que te vayas. Sí, con lo que es la multa por pasarte de la fecha del visado, 30 dólares por día, van a dejar que te vayas así como así. 
Total que mi compañero se pone pesado, y mi jefe llama a una amiga suya que trabaja en Inmigración en Kampala. Y delante de mi compañero (la cara de mi jefe era para hacerle una foto) le dice su amiga, que sí, que está mal, que hay que solicitar una visa especial porque además estamos trabajando en la ong y que son 100 dólares. O sea, a soltar más dinero que no es suficiente el que hemos soltado ya por ahí. 
Y lo hemos arreglado esta semana. Fuimos el lunes a llevar las cartas de la ong que confirma que estamos con ellos, el dinero y los pasaportes y hoy viernes hemos recogido los pasaportes sellados con la visa correctamente y ¡hemos llorado de felicidad!
Ah! Se me olvidaba, que cuando la buena mujer estaba buscando el papel del registro de la ong para adjuntarlos con la solicitud, ¡estaba caducado! ¡desde 2010! 
No diré nada sobre mi jefe, pero, nos la podía haber liado bien gorda. Para empezar, el vuelo lo hubiéramos perdido, hemos calculado y José en multas hubiera tenido que pagar unos 3000 euros y yo unos 900, más comprar un nuevo vuelo de vuelta a casa. Y el consiguiente infarto que le hubiera dado a mi padre si le llamo y le digo que estoy retenida en Uganda y le cuento la situación. Que el pobre hombre lleva ya 3 meses con el corazón en un puño sólo porque estoy aquí. 

Escribo esto porque ya está arreglado y somos regulares de nuevo, pero vaya semanita que hemos pasado de preocupaciones e idas y venidas a la ciudad.

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